Todos conocemos a una persona en este cosmo terráqueo que manipula, utiliza, abusa de los demás. Lo triste es que algunos dependen tanto de este mal trato, que justifican las acciones dañinas de dicha persona si se quedan dentro de lo que piensan es una “relación” de amor, cuando no lo es. En mi diccionario, si me amas me respetas, me valoras, me aprecias y no buscas deteriorar mi corazón a través de tus acciones y palabras. Pero bueno, cada persona es un mundo y desafortunadamente no podemos cambiar a las personas. Cada cual piensa y decide si quiere permanecer en una relación donde entiende que es más marioneta que pareja, pero ¡si esa es la vida que desean vivir, pues que la vivan!
Pero hoy quiero hablarle a quienes no han identificado este fenómeno de la manipulación, o quien lo ha hecho, pero no tiene idea en como manejarlo. Pues este escrito es para ti. ¡Gracias por leerlo! Primero, hay que definir que es ser manipulador o el ser manipulado. ¡Entonces, comencemos por ahí!
Los manipuladores se describen como aquellas personas que usan el poder, la agresividad, o el control en las relaciones interpersonales para adquirir un beneficio personal por encima del deseo de la otra persona. Sea en una relación de parejas, padre e hijos, amigos, compañeros de trabajo, es más, aun en las comunidades de fe, a menudo encontraremos a un manipulador. Los manipuladores constantemente intentan controlar o influir en los demás para obtener beneficios personales, ya sea de manera consciente o inconsciente. Utilizan tácticas como la culpa, la coerción, el engaño, la seducción o la explotación emocional.
El otro lado de la moneda es el manipulado, la persona objeto de la manipulación, constantemente influenciada para actuar en contra de sus propios intereses, derechos o deseos, generalmente debido a una combinación de vulnerabilidades (deficiencias) emocionales personales y las tácticas sagaces de los manipuladores. El manipulador y manipulado trabajan en una relación simbiótica, donde uno se nutre del otro y viceversa. Hasta que uno de los dos, en especial el manipulado, no tiene conciencia del ambiente en donde está, no se podrá romper dicha relación dañina.
Ahora bien, ¿eres manipulador o manipulado? ¡No seas victima ni victimices!
Te invito a estar pendiente a los próximos escritos del mes de agosto (los viernes) enfocado en la “Manipulación Relacional”.
Un abrazo,
Dra. Dorily
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