Usualmente pensamos en los límites de velocidad cuando vamos manejando en exceso y sabemos que, si hay un agente de la policía cerca, nos detendrá. Bueno, en algunos casos el miedo a este acontecimiento no nos detiene de hacer lo correcto. En otros casos, ir en exceso de velocidad despierta la adrenalina dormida, que no solo se exponen a sí mismo, sino que exponen a los demás a accidentes fatales. Desafortunadamente, hoy son más los que sobrepasan los límites sin medir consecuencias. Pero sea que obedezcamos la ley o la ignoremos, las leyes están establecidas por una razón, y esta razón es para ponerle límites al conductor cuando se habla de la velocidad, para así asegurar que no haya accidentes, crisis o caos.
Cuando el ser humano sitúa límites en sus relaciones, debe ser bajo el mismo principio, asegurar la seguridad propia y la de los demás. En ocasiones se vela por la seguridad de los demás (y eso está bien), pero constantemente ignoramos nuestro balance interior, y eso nos lleva a la enfermedad emocional. ¿Qué hacen los límites? Los limites establecen pautas que no se deben negociar y líneas que no se deben cruzar. Estos límites desarrollan un sentido de responsabilidad en las relaciones. A través de los límites damos a conocer a los demás hasta dónde pueden llegar con sus palabras, acciones y actitudes. A través de los límites que nos establecemos personalmente nos comprometemos a no afectar nuestra salud y estabilidad personal. ¿Qué limites están ausentes en tus relaciones? ¿Qué limites están ausentes para beneficiarte a ti personalmente?
Recuerda que…
Si no te respetas, no te respetarán.
Si no te valoras, nadie tampoco lo hará.
Si no le pones límites a los demás, rápidamente te agredirán.
Si no te pones límites a ti mismo(a), tu vida será una llena de caos y de tristeza.
Si pones límites y permites que los demás los rompan, te estás fallando.
¿Es así como deseas vivir?
¡Comienza hoy por decir, yo necesito establecer límites en mi vida, y HAZLO!
Lindo día, Dra. Dorily
