Feliz día!
Gracias por leer mis escritos! 🥰
Un día te enamoraste, como las princesas, del apuesto príncipe para toda la vida (o de la princesa si eres el príncipe azul). Los primeros días, semanas, meses y años vivías dentro de un espejismo que categorizabas como sublime, esplendido, maravillosa. El amor te salía por los poros. Suspirabas al verle, al escuchar sus palabras, al saber que habían hecho un pacto eterno de amor real para toda la vida. La jornada era espectacular. Respirabas, vivías, soñabas con el amor real. ¿Ahora? ¡No tanto! El tiempo ha tergiversado el sentimiento. En ocasiones sientes que el amor este, pero en otros, se ha esfumado como las olas en el mar.
✔ Te cuento esta verdad. El amor real en las relaciones va más allá de los sentimientos; es un compromiso firme basado en el respeto, la entrega y el perdón. No se trata solo de momentos felices, sino de caminar juntos en la verdad, superando pruebas con paciencia y humildad.
Cuando Dios es el fundamento del amor, este se fortalece con valores eternos: fidelidad, gracia y servicio mutuo. Su amor nos enseña a amar sin condiciones, con misericordia y sacrificio, reflejando lo que Jesús hizo por nosotros. Un amor basado en Dios no se rompe con las dificultades, sino que crece y se perfecciona en Él.
➡ Te invito a reflexionar en tu experiencia de amor real a continuación.
PS: Si la hoja de trabajo te es útil, escríbeme a dradorily@dlcconsultantsinc.com
Un abrazo,
Dra. Dórily y Dr. Alex (Coach de Matrimonios)
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