Quizás pensarás, ¿Qué clase de pregunta es esta que la doctora me hace? Pero, antes de incomodarte y desistir la lectura de este blog, te invito a que me des una oportunidad y sigas leyendo. El ser humano por naturaleza es egoísta, piensa primero en sí, luego en si una vez más, y, por último, piensa en sí otra vez. Claro, que hay sus excepciones, porque algunas personas son “propiedad del pueblo”, en otras palabras, que no tienen nada de ellos, ¡y hasta regalan lo de los demás! Si eres boricua (de Puerto Rico) me entendiste. En fin, lo que quiero decir con todo esto es que el ser humano tiende a hacer aquello que le beneficia de manera personal, en ocasiones sin importarle a quien le hace daña en el camino.
Tristemente, vivimos dentro de un espejismo que nos limita ser y mostrar quienes somos verdaderamente. Ser vulnerable se toma como una debilidad, como una puerta abierta a ser maltratado e ignorado. Me remonto a la película de “Coming to America”, cuando al apuesto príncipe Hakeem le buscaban una esposa. En un momento de la ceremonia Hakeem le pregunta a la novia, casi esposa, ¿Qué deseas? Y ella le contesta, “lo que su majestad desee”. Su cara de asombro al ver que esta joven aún estuvo dispuesta a ladrar como perro por obedecerle a él, le llevó a decidir salir de su entorno familiar para buscar a una mujer que no estuviera dispuesta solo a satisfacerle, sino que, aunque tuviera belleza, también tuviera la capacidad de ser asertiva y de usar su intelecto.
Hay mujeres que piensan que mostrar seguridad, vulnerabilidad y belleza interior causará que se aprovechen de ella. ¡Quizás en algunos casos desafortunadamente será así, pero si por encima de eso entregas también tu identidad… no habrá vuelta atrás!
Con eso dicho, reitero mi pregunta original, ¿si te muestras tal cuál eres, “lo bueno, lo malo, y lo feo”, tu pareja se aprovecharía de ti?
Espero que tu respuesta sea NO, pero si la respuesta es que SÍ, entonces, necesitamos hablar.

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